jueves, 27 de marzo de 2014

SUCESOS Los Mossos siguen investigando las causas del siniestro

El fuego mata dos veces a la familia de El Vendrell

  • En 2010, un incendio destrozó la carnicería propiedad del cabeza de familia

  • El Ayuntamiento de la localidad y la Generalitat les negaron ayudas tras un desahucio

Así fue el trágico incendio de El Vendrell. EFE

La localidad tarraconense de El Vendrell vive una tragedia de la que le costará reponerse: la muerte de cuatro hermanos de tres, cinco, ocho y 12 años de edad en el incendio, la medianoche del martes, del piso de 60 metros cuadrados de un viejo edificio de cuatro plantas en el que vivían con sus padres, dos hermanos más y un primo, todos de origen marroquí.
Mientras los Mossos d'Esquadra investigan las causas del fuego que devastó la vivienda, la percepción entre algunos de los conmocionados vecinos del municipio de 36.000 habitantes es que la fatalidad pudo haberse evitado si la Generalitat hubiese detectado las grandes dificultades económicas de la familia. Ocupaban desde hace casi un año la vivienda, de la que habían sido desahuciados en octubre de 2011 por Bankia. Los suministros de luz, agua y gas habían sido cortados.
Días después de verse obligados a abandonar el piso por no poder hacer frente al pago de la hipoteca, se trasladaron a otro ubicado en la urbanización Sant Jordi del pequeño municipio limítrofe de Santa Oliva. No había hecho más que empezar así la odisea de una familia castigada por la crisis a raíz del cierre, en 2010, de la carnicería halal que el padre había montado con otros dos compatriotas y que fue también pasto de las llamas.
El cabeza de familia, llegado a El Vendrell hace casi 20 años, no supo o no logró obtener ni un euro por parte del seguro del establecimiento. En pocos meses, dejó de entrar dinero en un hogar con familia muy numerosa. Su posterior requerimiento de ayudas públicas obtuvo una doble negativa por parte de la Administración.
La primera fue del Ayuntamiento de El Vendrell, localidad donde los pequeños siguieron escolarizados en el colegio Teresina Martorell y enrolados en un equipo de fútbol. En su peor momento de penuria, sin trabajo ni piso, los Servicios Sociales no les tramitaron la prestación de la Renta Mínima de Inserción, conocida como Pirmi. Perdidos en un maremagnum burocrático, se empadronaron en Santa Oliva el 7 de noviembre de 2011.
Su expediente recaló en el Consell Comarcal del Baix Penedès a instancias del Ayuntamiento de El Vendrell, desde donde afirman que «entonces se les perdió la pista». El ente supramunicipal, encargado de la tramitación, también les denegó el Pirmi porque «constaba que el cabeza de familia estaba residiendo en Marruecos», explicó a este diario la gerente del Consell Comarcal del Baix Penedès, Marta Mercader, quien apostilló que fue un informe técnico del Departament de Benestar i Família de la Generalitat el que resolvió negativamente el requerimiento. Vecinos del cabeza de familia, de 51 años y en estado crítico por quemaduras graves, niegan que éste se desplazase en esa época a Marruecos.
La familia pidió, además, ayudas puntuales que sí les fueron concedidas, como las relacionadas con el material escolar. Llegaron incluso a rechazar las subvenciones de la beca comedor, probablemente por una cuestión ligada a los alimentos que la religión musulmana impide comer.
Según Mercader, en el organismo público del que dependían «no constaba que estuviesen en una situación tan precaria» ni tampoco que, tras su paso por Santa Oliva, hubiesen regresado al piso de El Vendrell propiedad de Bankia del que habían sido expulsados.
La segunda parte del via crucis de la familia marroquí, entre noviembre de 2011 y el trágico desenlace del incendio, pasó desapercibida tanto para el Ayuntamiento de El Vendrell como para el ente supralocal. «Desahuciados, y con seis hijos a su cargo, es evidente que se les hubiera ayudado con un piso de urgencia provisional y con una cartera de servicios que estaban a su disposición», completó la gerente del Consell Comarcal.
El esclarecimiento de las causas no será sencillo, ya que el piso quedó totalmente calcinado por el efecto polvorín: abundantes colchones y ropas. El fuego pudo originarse en el comedor de la vivienda. «No quedó rastro ni de los muebles», explicó un responsable de los bomberos. El padre y el hijo mayor de la familia, de 18 años, pudieron escapar de las llamas al salir por el balcón, mientras la madre y el bebé fueron rescatados del interior de la vivienda por los servicios de emergencia.
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