martes, 1 de abril de 2014

«La concordia fue posible con Suárez, ¿por qué no ha de serlo también ahora?»

Día 01/04/2014 - 08.46h

Toda España, encabezada por los Reyes y los Príncipes, rindió homenaje al artífice de la Transición Margallo y Mas se dieron la paz

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ABC Tv
EFE
Rouco Varela- "Los hechos y actitudes que la causaron (la Guerra Civil) y que la pueden volver a causar"
Hacía mucho tiempo que la España institucional, política y social no se reunía al completo. Ni la celebración de la Fiesta Nacional ni el aniversario de la Constitución ni ningún otro acontecimiento había tenido el efecto unificador del recuerdo a Adolfo Suárez. Los Reyes y los Príncipes de Asturias, el Gobierno y la oposición, políticos de izquierdas y de derechas, defensores de la unidad de España y nacionalistas, mandatarios extranjeros, altas autoridades, artistas, cantantes, toreros y ciudadanos anónimos... Todos se dieron cita en la tarde de este lunes en la catedral de La Almudena, de Madrid, para rendir el último homenaje al primer presidente de la democracia.
Compartían banco sus sucesores en el cargo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Las 17 Comunidades y las dos ciudades autónomas estuvieron representadas por sus presidentes.El de la Generalitat, Artur Mas, estuvo sentado durante la ceremonia con el de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. Al otro lado, tenía un pasillo.
Tres décadas después de que los españoles decidieran prescindir del artífice de la Transición en las urnas, esos mismos españoles y otros de las nuevas generaciones se unieron para reconocer en un funeral de Estado la obra y la persona de Adolfo Suárez, fallecido ocho días antes después de una penosa enfermedad que le había borrado los recuerdos.
Minutos antes de las siete de la tarde, los Reyes y los Príncipes llegaron a la catedral, en cuyas puertas les aguardaban el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela; el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con su esposa, Elvira Fernández, y uno de los cinco hijos del primer presidente de la democracia, Adolfo Suárez Illana, que se fundió en un largo abrazo con Don Juan Carlos y en otro, más corto, con Don Felipe. Acompañaba a Suárez hijo su esposa, Isabel Flores, mientras el resto de la familia del político esperaba en el interior del templo: sus otros hijos, Sonsoles, Javier y Laura, los dos primeros con sus parejas; sus hermanos, Hipólito, Ricardo y María del Carmen, y sus nietos, entre ellos Alejandra Romero, futura duquesa de Suárez.
La Infanta Doña Elena no pudo asistir a la ceremonia porque a la misma hora se celebraba el funeral por la que fue su suegra, la condesa viuda de Ripalda, madre de Jaime de Marichalar.
Nada más entrar en la catedral, los Reyes y los Príncipes con Rajoy y Suárez hijo pasaron al atrio, donde recibieron –fuera de cámara– el saludo, una por una, de las autoridades internacionacionales que asistieron al funeral. Entre ellos, el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang; el viceprimer ministro del Reino Unido, Nick Clegg; el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; el primer ministro de Marruecos, Abdelilah Benkirán; el vicepresidente de Argentina, Amado Boudou, y el expresidente de Colombia Álvaro Uribe.
Minutos después, el Himno Nacional anunció la llegada de la Familia Real, de luto riguroso. Don Juan Carlos y Don Felipe llevaban en la solapa las insignias del Toisón de Oro para despedir a otro caballero de la ilustre orden. La Reina saludó a los asistentes con la mano, la Princesa se santiguó y empezó la ceremonia. El tercer nieto del presidente fallecido, Adolfo Suárez Flores, leyó la primera lectura, la Carta a los Corintios, y monseñor Rouco pronunció su homilía.
«La concordia fue posible con él», afirmó el arzobispo de Madrid. «¿Por qué no ha de serlo también ahora y siempre en la vida de los españoles, de sus familias y de sus comunidades históricas?», preguntó. Suárez, agregó, «buscó y practicó tenaz y generosamente la reconciliación en los ámbitos más delicados de la vida política y social de aquella España que, con sus jóvenes, quería superar para siempre la guerra civil: los hechos y las actitudes que la causaron y que la pueden causar».
Añadió Rouco que la vida del expresidente al servicio de España «nos resulta inexplicable sin la fuerza inspiradora y motivadora del amor cristiano». «Su plegaria es hoy nuestra plegaria. ¡Es la plegaria de España!», afirmó. El arzobispo de Madrid también recordó la entrega de Suárez «al cuidado tierno y sacrificado» de su esposa e hijos.
Volvió a escucharse el Himno Nacional durante la consagración y, después en el momento de la paz hubo gestos que llamaron la atención entre los políticos. José María Aznar estrechó la mano de José Luis Rodríguez Zapatero y José Manuel García-MargalloMargallo dio la paz a Artur Mas. «Por supuesto, si no me llevo mal con él», comentó el ministro de Exteriores después a la salida. Mientras tanto, los Reyes se estrecharon la mano, y los Príncipes se dieron un beso,
Una vez terminada la ceremonia religiosa, la Familia Real y el presidente del Gobierno dieron el pésame al resto de los hijos, hermanos y nietos de Adolfo Suárez., que recibieron también las condolecencias de los mandatarios extranjeros, mientras las autoridades españolas abandonaron rápidamente el templo. En ese momento, se pudo ver cómo Aznar, con toda evidencia, y Soraya Sáenz de Santamaría, con más discreción, eludían saludar al presidente de la Generalitat.
Fuera, a la salida, cientos de ciudadanos aguardaban tras las vallas que terminara el funeral y en algunos balcones se podían ver banderas de España con un crespón negro.

lunes, 31 de marzo de 2014


La pesada carga de Virginia


Virginia de la Cal, en paro y con obesidad severa, junto a un vestido...
Virginia de la Cal, en paro y con obesidad severa, junto a un vestido suyo de hace años. CARLOS GARCÍA POZO


Antes de la crisis, Virginia pesaba 65 kilogramos y hoy pesa más de 100. El cambio no tiene que ver con la buena vida, sino obviamente con la mala.
Le engordaron los ansiolíticos, la depresión, el cóctel de fármacos contra aquel derrumbe en cadena: primero fue la bulimia nerviosa, luego la esclerosis múltiple, luego los dos accidentes de coche, luego un pequeño tumor cerebral benigno, luego varias hernias discales, luego la fibromialgia, luego el principio de diabetes. Pero el primer sobrepeso fue el paro.
Antes de la crisis, Virginia pesaba 65 kilogramos y hoy pesa más de 100. Antes de la crisis se ponía el vestido que ven.
«Los problemas empezaron hacia el 2008. Cuando comenzó la crisis tuve que cerrar la tienda de ropa de niños que teníamos. El negocio no iba y yo ya no me encontraba nada bien. Sentía debilidad, no me podía levantar, sufría temblores, me vencía. Entonces me dijeron que tenía esclerosis múltiple. Trabajé en una empresa pero me quedé ciega por un brote y me despidieron. Estuve en un supermercado y me echaron en el periodo de pruebas porque tuve un accidente. Estando en una compañía de televenta tuve otro problema neurológico y me dejaron fuera. Lo mismo me pasó de teleoperadora. Y también en una empresa de servicios auxiliares...».
Casi 40 kilos después de aquel día en que quebraron la tienda y ella, a Virginia de la Cal (37 años, evidentes problemas de movilidad y un nuevo diagnóstico de obesidad severa) le han dicho que o se somete a un bypass gástrico o su diabetes avanzará y la dejará en silla de ruedas. De la mano del resto de problemas de salud.
Los problemas: su marido camionero apenas tiene un sueldo fijo, ella sólo ingresa 381 euros al mes, las familias de ambos les ayudan con lo que pueden, la intervención quirúrgica cuesta la fortuna de 16.000 euros, ellos no tienen dinero, la depresión aumenta cada vez más todo este peso, la enferma de las 10 pastillas al día ya pesa más que hace sólo dos meses... Así que a esta madre la cuida una niña de tan sólo 10 años.
'Con la operación se acabaría la diabetes. Vería algo de luz. Quiero ser útil'
«Las camas las hace mi hija porque yo no puedo, pone las lavadoras, las quita, friega el suelo, recoge... Siempre está: 'No te preocupes, mamá. Tú no te preocupes'. Cuando yo no me puedo levantar por los dolores, ella no puede ir al colegio, que está en Valladolid capital», nos cuenta. «Doy más que hacer que lo que hago. Veo que no valgo como mujer ni como nada. Me doy tanto asco que el verme a mí misma me sienta mal. No quiero quedar con las amigas porque tengo la sensación de que la gente se ríe de mí. La esclerosis no tiene cura. Pero con el bypass gástrico se acabaría la diabetes [en la sanidad pública sólo se operan las obesidades mórbidas]. Vería algo de luz. Quiero ser útil en la sociedad, pero no me dejan».
La calefacción ha sido encendida -nos confiesa- porque han venido los periodistas a casa desde Madrid. El terrazo del patio es una piel desollada porque no hay dinero.
Pesa el préstamo personal de la tienda de ropa que tuvieron que cerrar. Vivir sin llegar a fin de mes es tener que tomar decisiones así.
Por ejemplo, pasar frío. Por ejemplo, desconectar de la realidad: «Hay días en que me tomo la pastilla de dormir por la mañana y me meto en la cama. ¿Que por qué? Porque si no estoy despierta no como».
Es una audacia peinarse el pelo, porque los brazos no alcanzan. Es una trampa salir a andar, porque la mujer se mueve como un balancín y tropieza. Es una quimera limpiar, porque las manos no tienen fuerza como para escurrir una bayeta. El tremendo caso de la pareja que se compró un piso por 11 millones de pesetas hace 15 años y hoy le debe más de 122.000 euros al banco, ustedes calculen.
Virginia vive con una incapacidad total, reconocida en febrero de 2012, por la que percibe 381 euros mensuales y que le impide ser contratada en empleos en los que tenga que estar mucho tiempo sentada o de pie, que le generen estrés o le obliguen a coger peso.
Con lo que la salida a este embrollo es un embudo por el que caben soluciones estrechas: su 41% de minusvalía, el trabajo crepuscular del esposo, el banco que quiere saber qué hay de lo suyo y, por supuesto, la niña con estos deberes nunca vistos.

sábado, 29 de marzo de 2014

La impactante imagen de una miss para denunciar la violencia en Venezuela



Por  | Gaceta trotamundos – Hace 23 horas
Stefanía Fernández (Daniel Bracci)Pocos se quedan indiferentes ante última la foto de Stefanía Fernández. La guapísima mujer, miss Universo en 2009, ha posado de una forma muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Alejada de las pasarelas, de los flashes e incluso de su propia belleza, su imagen es un alegato al mundo entero; una denuncia silenciosa ante la oleada de violencia y censura que vive su queridaVenezuela, sumida en enfrentamientos interminables desde hace varios meses.
La cámara del fotógrafo Daniel Bracci muestra una Stefanía con el rostro sucio, con una mordaza que tapa su boca y con las manos atadas y cubiertas de sangre, al igual que sus lágrimas. Una llamativa corona completa su atuendo, que ha logrado una enorme repercusión en todo el mundo y queforma parte del proyecto ‘Mordazas en Venezuela’, puesto en marcha por Bracci para protestar por la censura que vive el país y la continua violación de los Derechos Humanos.
Stefanía Fernández (Wikimedia)Precisamente María Corina vive una situación complicada en Venezuela después de intentar denunciar la situación en el país ante la Organización de Estados Americanos (OEA). El régimen chavista reaccionó destituyéndola de su cargo de diputada y así pudo quitarle la inmunidad parlamentaria que impedía su arresto. A pesar de todo, María Corina se dio un baño de multitudes a su regreso a Caracas y fue recibida por una enorme multitud de personas que la aclamaban por su valentía al enfrentarse a Nicolás Maduro.
En los últimos días la situación se ha calmado un poco y organizaciones como Unasur han hecho un llamamiento para recuperar el diálogo. Sin embargo, la detención de Leopoldo López, arrestado desde febrero, y las amenazas que pesan sobre Machado dificultan enormemente un consenso entre el gobierno y una oposición que está cansada de la represión que sufre.
https://es.noticias.yahoo.com/blogs/gaceta-trotamundos/la-impactante-imagen-una-miss-para-denunciar-la-083244131.html

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