Qué pasa en Irak con Isis y quién tiene la culpa

Por Jordi Pérez Colomé | World Wide Blog – Hace 23 horas

El Estado Islámico en Irak y Levante/Siria (ISIL o ISIS), un grupo integrista que se separó de Al Qaeda, se retiró …

Desde hace unos días, Irak vuelve a ser noticia. Una coalición de militantes, con el grupo Isis al frente, han conquistado Mosul y otras ciudades iraquíes. Estos diez puntos sirven para entender qué pasa y por qué.

1. Nadie tiene ni idea de qué pasará. La guerra es sorprendente, sobre todo para quien combate. “Mensajes en redes sociales durante la semana pasada revelaron la sorpresa del grupo [Isis] por sus éxitos”, dice el Guardian sobre los combates recientes.

“Los mismos participantes a menudo no saben si ganan o pierden, o incluso si controlan la situación o dónde están sus tropas”, dice la Brookings. Ante la duda, estos son los datos que parecen más seguros: la coalición de militantes no sigue avanzando hacia Bagdad. Los frentes están detenidos e Irak está partido. Nadie sabe hoy si el avance va a seguir o va a haber una contraofensiva. ["ISF" son las fuerzas de seguridad iraquíes.]

2. Adiós Al Qaeda, hola Isis. La banda que se  hecho famosa estos días era en 2004 Al Qaeda en Irak. Con la guerra de Siria, ya con el nombre nuevo, cruzaron la frontera para sacar provecho del caos en el este del país. Pero allí Al Qaeda ya tenía su filial, Jabat al Nusra, que habías surgido de un viejo miembro sirio de Isis.

A Abu Bakr al Bagdadi, líder de Isis y aspirante al trono simbólico de Bin Laden de rey de la yihad, le dio igual. En febrero de este año, el líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, expulsó a Isis de las filialesde la banda.

Al Qaeda e Isis son dos generaciones distintas de yihadistas. Bin Laden y Zawahiri crecieron en Afganistán contra la Unión Soviética. Al Bagdadi se forjó en Irak contra Estados Unidos. Bagdadi estuvo preso en Camp Bucca, una base americana en Irak, entre 2005 y 2009. Allí entró en relación con otros militantes.

Las leyendas sobre Bagdadi ya empiezan a tener sus curiosidades para el día en que su grupo dé un golpe de verdad: nadie sabe dónde está, lleva máscaras cuando ve a algún visitante. Pero lo importante ahora es que es la cara ascendente del yihadismo.

3. La fama suma. Los seguidores de fútbol se hacen de Real Madrid o Barça porque ganan y tienen a los mejores. Con el yihadismo pasa algo parecido: los seguidores van con el vencedor. Isis ahora gana. Los medios y las redes sociales hacen además publicidad gratuita de sus salvajadas y les damos ventaja.

Igual que el público occidental está pendiente de sus logros, cientos o miles de jóvenes posibles reclutas fervorosos van hacia Siria e Irak a buscar una nueva vida que les lleve al paraíso celestial. La búsqueda de candidatos se hace de maneras nuevas, pero también antiguas: hace unas semanas en Riad, la capital saudí, había trípticos de Isis para captar adeptos en los parabrisas de coches.

4. Cómo se pasa de la nada a grupo y luego a ejército. La fama no llega sola. Según las revelaciones que el ejército iraquí y la inteligencia americana han reunido a partir de 160 pen drives encontrados en el refugio iraquí de un líder de Isis, el grupo tiene un patrimonio de 2 mil millones de dólares (Facebook pagó 2 mil millones por la empresa Oculus; Avatar recaudó fuera de Estados Unidos esa cantidad).

Si fuera así, dejaría de ser un grupo para convertirse en casi un ejército formidable. Isis ha conseguido ese dinero con la venta del petróleo en el este de Siria -a menudo al mismo gobierno- o con antigüedades de algún yacimiento sirio que cayó bajo su control.

5. Esto va en el fondo de suníes contra chiíes. En Siria el gobierno es una minoría alauí que ataca a una mayoría suní oprimida durante décadas. En Irak, el gobierno es la mayoría chií que se defiende de la insurgencia suní. Irán -que es persa, no árabe, y chií- apoya abiertamente a los gobiernos iraquís y sirios.

En Irak y Siria los chiíes pueden ganar ambos conflictos. Pero son solo el 10 por ciento del total de los musulmanes del mundo. Estas batallas se enmarcan en el conflicto más amplio entre Irán y la suní Arabia Saudí. Las simpatías y apoyos siguen la estrecha línea religiosa.

6. La buena pero endeble noticia. En un reciente discurso en West Point sobre su política exterior, Obama dijo que el mayor peligro para su país seguía siendo el terrorismo, pero que no se podían permitir el lujo de invadir cada país que fuera una posible amenaza.

Estados Unidos de momento se consuela con que Isis no tiene la capacidad de atentar a lo grande contra territorio americano ni sus intereses. Pero no tiene ninguna seguridad. De momento, Isis es un problema del gobierno iraquí. Pero despreciarlo puede convertirlo en un problema demasiado caro.

 7. Quién será el próximo. La obsesión de Estados Unidos es descubrir antes de tiempo dónde están sus próximas amenazas. Estos años han sido Afganistán, Pakistán y Yemen. Pero la realidad cambia: ahora el problema quizá no sea un nuevo gran 11-S, sino una inestabilidad permanente en el centro de Oriente Medio, que puede durar años. 

Otros peligros directos y extraños pueden llegar de África, donde las fuerzas especiales hace tiempo que intervienen para vigilar los elementos más peligrosos. Este reportaje sobre el comandante Listeres útil para entender los nuevos peligros.

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8. ¿Ataques aéreos o no? Obama esperaba hasta hace unas semanas haberse olvidado para siempre de Irak. Pero ha vuelto. El presidente ha descartado el envío de nuevas tropas extranjeras. La acción más probable -aunque no confirmada- es el bombardeo desde cazas pilotados y drones.

Si decide intervenir, Obama se convertirá en aliado de Irán y -aún más alambicado- del gobierno de Asad en Siria, que también ha empezado a ayudar a Bagdad.

9. Que se líen Irán. Una difícil voladura controlada de la nueva guerra de Irak podría llevar a un conflicto severo pero localizado entre los yihadistas de Isis e Irán. Estaría lleno de peligros y sorpresas, pero para Estados Unidos sería un modo de tener entretenidos y debilitar a dos de sus grandes rivales: los extremistas suníes e Irán.

10. De quién es la culpa. Isis ha tomado la iniciativa, pero ¿por qué ahora? Hay tres grandes responsables, en diferentes grados: George W. Bush, Barack Obama y Nuri al Maliki. Sadam Husein era un déspota sanguinario, pero durante los últimos años de su mandato murieron menos civiles que en la guerra. El gobierno de Bush sacudió un avispero peligroso.

Obama, su sucesor, tenía prisa por salir. No fue capaz en 2010 de renovar un acuerdo para dejar soldados  americanos en bases iraquíes (Estados Unidos quería inmunidad legal y el Parlamento iraquí no iba a ceder). Nadie sabe ahora claro si una presencia escasa de tropas hubiera ayudado. Igual que armar a la oposición moderada siria, son dos opciones que Obama no tomó y que ahora pueden echarle en cara. Nunca sabremos si otra Siria y otro Irak hubieran sido mejores.

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki. EFE/Archivo

El culpable más directo es el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki. Su represión suní y sus toques dictatoriales le han dejado en una situación imposible: sectores de la población suní prefieren a los radicales de Isis antes que el gobierno de Bagdad. Los kurdos al norte, los suníes al este y los chiíes en el suroeste pueden hacer que un día Irak deje de existir -como ya ocurre con Siria.

Hoy no hay un camino claro hacia la partición, pero el tiempo de las relaciones exteriores es largo. Tres días después del 11 de septiembre de 2001, en una ceremonia religiosa, el presidente Bush dijo: “Nuestra responsabilidad con la historia es clara: responder estos ataques y echar el mal del mundo”. Es una labor demasiado ardua para dos presidentes. Lo que queda.
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