No sabía ni cómo ni
cuándo, pero ella ya ni recordaba cómo era el hombre de quien ella se enamoró,
¿tanto había cambiado o quizá es que sólo tenía los ojos cerrados?, y ahora
después de 13 años de maltratos, y de haberle arrancado a ella su dignidad y
toda su belleza, se acercaba con una rosa en sus manos y le pedía que se casara
nuevamente con él. Ella llena de impotencia y rabia acumulada se levantó hacia
la puerta y Salió corriendo, el hombre de las cavernas que la seguía no llegaba
a alcanzarla, sus 30 kilos de más y su fuerte olor a tabaco no le dejaban
acercarse a ella.
Cuantas veces nos han y hemos
preguntado ¿lo volverías a hacer?, ¿volverías a tener 6 años? ¿Volverías a
casarte? ¿Volverías a repetirlo todo?... Llevo algún tiempo deseando haber
hecho las cosas mejor, pero quizá yo si repetiría todo de igual manera, sobre
todo por las hermosas niñas que tengo, además que no es el momento de aquellas
típicas preguntas de ¿en qué me equivoqué?
Una frase típica nos dice “si la
vida te da limones, has limonada”, sin embargo es una típica frase para
aquellos conformistas como poco, pero creo que podemos desear con todo nuestro
corazón hacer un delicioso zumo de naranja, buscando las naranjas, exprimiéndolas
y disfrutándolas. No se trata de conformarnos con lo que nos da la vida, o con
lo que creemos que “es lo que hay”. ¿No estáis cansados de ello? No se trata de
hacer un llamado a la humanidad entera de divorciarse si no de cambiar a mejor,
a hacer feliz a la otra persona o en todo casa e evitar hacer infeliz a alguien
que se supone que amas. Como decía mi madre, hijo mío ¡NO TE CASES!, pero sólo
Si no estás seguro de poder hacerla o hacerle feliz.
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