viernes, 12 de diciembre de 2014

¿Parejas desechas o malas elecciones?



Toda una iglesia unida orando fervientemente porque aquel matrimonio siga en pie, a aquel fiel  hombre que trabajaba para mantener a sus cinco hijos con un rostro bastante entristecido por toda la situación, soltando aquellas lágrimas que tanto ponían de su lado a las mujeres y ancianas primero, como cuando se hunde un barco. Oraban sin cesar día y noche, e incluso alguno se acercaba a la mujer para reprenderla por su mal comportamiento, cómo podría haber dejado a aquel hombre tan bueno, sí parece que la ama y quiere tanto a sus hijitos. Tal era la presión que ella misma se decía, no seré yo, lo mismo yo me porto mal como para que cada día el me dé bofetadas u obligue a tener sexo a la fuerza con él, quizá la culpa de mis hijos que no se portan bien por eso les maltrata y les dice cosas como que son solo mierda y un sinfín de insultos, quizá tienen razón, porque yo no les he educado bien a los niños…
Mientras tanto la iglesia unida orando por que la pareja nunca se separe, porque el “demonio” nunca los separe porque lo que Dios unió que no lo separe el hombre. Como si Dios quisiera que ella sea insultada y acosada cada mañana, como si Dios quisiera que aquella persona tuviera miedo incluso de salir sin el permiso de aquella persona, o como si Dios quisiera que ella sea encerrada para que no pueda ir a ningún lado. Pero en fin, la iglesia ferviente seguía orando, y la ancianas reprendiendo a la pobre mujer por lo mala que era.


Muchas veces nos esforzamos en ayudar de la manera incorrecta o a la persona equivocada, no nos tomamos un minuto para pensar en ambas partes, no elegimos correctamente lo que debemos hacer, sin embargo nuestro desdén por el conocer todos los detalles de los hechos nos llevan a elegir mal, elegir mal incluso por lo que debemos decir o hacer.

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martes, 25 de noviembre de 2014

¿Parejas desechas o malas elecciones? Saber elegir

No sabía ni cómo ni cuándo, pero ella ya ni recordaba cómo era el hombre de quien ella se enamoró, ¿tanto había cambiado o quizá es que sólo tenía los ojos cerrados?, y ahora después de 13 años de maltratos, y de haberle arrancado a ella su dignidad y toda su belleza, se acercaba con una rosa en sus manos y le pedía que se casara nuevamente con él. Ella llena de impotencia y rabia acumulada se levantó hacia la puerta y Salió corriendo, el hombre de las cavernas que la seguía no llegaba a alcanzarla, sus 30 kilos de más y su fuerte olor a tabaco no le dejaban acercarse a ella.
Cuantas veces nos han y hemos preguntado ¿lo volverías a hacer?, ¿volverías a tener 6 años? ¿Volverías a casarte? ¿Volverías a repetirlo todo?... Llevo algún tiempo deseando haber hecho las cosas mejor, pero quizá yo si repetiría todo de igual manera, sobre todo por las hermosas niñas que tengo, además que no es el momento de aquellas típicas preguntas de ¿en qué me equivoqué?

Una frase típica nos dice “si la vida te da limones, has limonada”, sin embargo es una típica frase para aquellos conformistas como poco, pero creo que podemos desear con todo nuestro corazón hacer un delicioso zumo de naranja, buscando las naranjas, exprimiéndolas y disfrutándolas. No se trata de conformarnos con lo que nos da la vida, o con lo que creemos que “es lo que hay”. ¿No estáis cansados de ello? No se trata de hacer un llamado a la humanidad entera de divorciarse si no de cambiar a mejor, a hacer feliz a la otra persona o en todo casa e evitar hacer infeliz a alguien que se supone que amas. Como decía mi madre, hijo mío ¡NO TE CASES!, pero sólo Si no estás seguro de poder hacerla o hacerle feliz.

domingo, 16 de noviembre de 2014

¿Parejas desechas o malas elecciones? BIS FACILITY SERVICES http://www.bisfacilityservices.es


En su mente había tejido una maraña de intrigas y traiciones, el la amaba de verdad pero con un amor de esos que matan, se decía a sí mismo que no entendía por que ella lo traicionaba si el trabajaba cada mañana para darle a ella y sus hijos todo lo que necesitan, si dentro de su corazón no había más que amor para ellos, sin embargo cada día su primera frase al llegar a casa no eran sino una quejas y críticas. Ella, aunque temía con que saldría el esta tarde cuando llegara de trabajar, nunca se imaginó que alguna vez el la pusiera la mano encima, pero aquellas lágrimas de dolor y desconsuelo por no saber que había hecho mal, la devolvían a su triste realidad, el saber que se había equivocado al elegir. El sentía una terrible ira hacia ella por todas cosas imaginarias que ella había hecho, se había ido con aquel vecino que la miró el otro día en la calle y ella tan coqueta estuvo haciendo infinidad de guarrerias en su delante, su mente había trabajado tanto que pensaba que un apretón de manos era una caricia sensualmente aceptada por ella. Mientras tanto, ella en su corazón empezaba a sentir terror a que el llegara de casa, no se atrevía ni a mirar a nadie mientras el estuviera frente a ella. Quien sabe cuantas veces al día la llamaba para interrogarla, y no para preocuparse de ella de verdad.

Muchas veces entendemos que el conocer a alguien es haber no se cuantas quintuchocientas conversaciones y centenares de encuentros sexuales, lo cierto es que en ninguna o quizá pocas de ellas uno tiene la suficiente cabeza fría para desear conocer el corazón de aquel que tienes al lado, podrías tenerle piel con piel una semana entera y tan solo saber el olor que el o ella tiene al transpirar o como es su cabello al despertar cada mañana.  Pretender jugar a dar un perfil psicológico de quien tienes al lado es a veces más que imposible, sin embargo si puedes saber si esa persona que tienes a tu lado le gusta algún tipo de caricia que tu sabes que de manera natural lo vas a hacer cuando tengas 70 años, o si esperas a que ella se levante a servirte o tu eres la persona que la sirves el desayuno en la cama, por que antes ya lo has hecho con tu familia, madre, o amigos; puedes saber si en relaciones anteriores has tenido pensamientos negativos hacia la otra persona que han surgido de pronto y sin venir a cuento, y puedes buscar remediar solucionarlo, no se trata de contratar un investigador cuando el pescado esta servido y saber si tus pensamientos, dudas e inseguridades se hacen realidad, sino se trata de mirarte al espejo y preguntarte si existe algún indicio real de que aquel pensamiento no es más que eso, una alucinación. Si es así, antes de estar con aquella persona que amas de verdad, deberías ir a un especialista en modificación de conducta e invertir en tu vida para hacer feliz a la otra persona que se supone que amas. Amar no es llevarle un día el desayuno a tu marido a su cama, o llevarle rosas e esa mujer hermosa que te espera al final de tarde, amar es decir en tu corazón POR QUE TE QUIERO, ES POR QUE ME ARRIESGO A PERDERTE CON TAL DE SABER QUE VAS A SER FELIZ. Saber elegir no es conocer a la otra persona, es conocerte a ti mismo para saber si a ella o a el la harás feliz.

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